The Replanted Tree

The story “The Replanted Tree” is designed in particular for children finding
it hard to come to terms with a new living situation after a house move
or adoption, or after their parents have divorced and the family has been
restructured. Once again, it is a good idea to refer to a minor injury in the
story in order to incorporate the problem which the listener is facing and its
predicted improvement without lending too much gravity to the story (and by
analogy to the way in which the patient handles the associated situation in his
or her life). The story can also be used for patients who are forced – for agerelated
or health- related reasons – to move out of their own house in order to
go and live with family or in a home, or adults with disabilities who are forced
to move away from their families and into sheltered accommodation.

One day a gardener was working in his garden when he found a small tree
right in the middle of some shady undergrowth. “A shadbush!” he cried.
“How on earth did that get here?” He would never have suspected that
such a beautiful and valuable tree could be found in such a dark location.
Perhaps the wind or a bird had carried its seeds there?
The gardener thought carefully about what he should do next. He
knew that it is sometimes diffi cult to move a plant to a different location,
but he also knew that his shadbush would never grow into a large, strong
and beautiful tree if it stayed here in the shade. So he decided to replant it
in a different location, where it would get enough sun and wind to thrive
and fl ourish. He took his spade and dug out a broad ring of soil around
the trunk of the tree before digging a hole in the ground where he wanted
the tree to grow and placing the shadbush there, root ball and all. He then
fi lled the hole back up with soil, added exactly the right amount of fertiliser,
and gave the plant a good watering.
When he looked at his tree the next day, he was dismayed to see that all
the leaves on it were drooping. He thought to himself that the tree’s roots
had probably extended a long way under the ground before it had been
dug up, and that it must have lost some of its tiniest hair- like roots. The
tree would need to conserve its energy to heal these injuries, but it should
be able to regrow its roots, and so the gardener decided to give his tree the
best possible care and simply be patient. He waited and gave the tree all
the time it needed, and soon the leaves had indeed regained their former
strength. After a few months the tree was a fi ne specimen, and after a few
years it had grown into a large and strong tree.

Terminé!

« Terminé! » , cria l’œuf quand il fut pondu. « Maintenant terminé! » , cria le tétard quand il fut sortie de l’œuf. « Maintenant je suis au complet! », cria la créature quand elle eut deux pattes. « Je suis enfin au complet de la tête aux pieds! » , cria l’être, quand il eut quatre pattes et une longue queue. « Qui sait ce qui va désormais encore se produire… » , dit la grenouille quand elle fut terminée.

Luís

Yo todavía era niño. Pero también si hubiera sido mayor, no habría podido decir como el carpa se hubiera explicado a si mismo su curioso viaje. Es que algunos amigos míos se habían permitido una jugarreta con él. De noche, clandestinamente lo habían sacado de su estanque con una red. Lo habían llevado en un cubo a través de bosques y campos por muchos kilómetros. La piscina en el jardín de mis padres debería ser su nuevo hogar. Tengo que admitir: No fue poco nuestro asombro cuando lo vimos nadando sus rondas en el agua. Me parece que fue en septiembre. Ya no se echaba cloro al agua, la temporada de nadar casi se había acabado. Entonces pez y ser humano ya no se hacían tanta competencia el uno al otro, y así Luís, como lo llamamos, podía quedarse allí por el momento. Vino el invierno y con él una espesa capa de hielo.
En la primavera, el agua fue cambiada. Como se puso en manifiesto , Luís había superado bien el invierno. El consejo familiar acordó devolverlo a su hogar. Otra vez Luís fue despachado en un cubo. Lo más grande que pudimos encontrar era un cubo ya inservible de pintura. Siguiendo caminos de bosque y de campo, nos fuimos para devolverlo a sus amigos y familiares. En el cubo, Luís dio sus vueltas, en círculos bastante pequeños, porque había crecido durante el invierno, y un viejo cubo de pintura no es una casa señorial para un carpa. Encima de eso, la mitad del agua se nos derramó a lo largo del camino. Pero finalmente llegamos. Con un empuje Luís acabó en su estanque para reencontrar sus viejos conocidos. Lo que hizo después fue muy sorprendente: Luís dio sus vueltas allí, pero lo hizo como que si no se encontrara en un estanque sino en un pequeño cubo, como antes. Trazó seis o siete círculos de un diámetro inferior a medio metro. Después los círculos se convirtieron en una espiral, estrecha al inicio y ampliándose más y más. Finalmente Luís comprendió donde se encontraba. En una larga línea se disparó fuera de su órbita de cubo.

(Por Stefan Hammel, traducción: Bettina Betz)

El cine a través del escaparate

Llovía. No había clase. Como cada sábado por la mañana, ella estaba detrás del mostrador de cristal donde se exponían panecillos, pasteles y otros productos de panadería y de pastelería para la venta. A través del escaparate veía como el viento barría las hojas de los arboles revoloteándolas por la calle.
Delante de la tienda una mujer luchó con su paraguas. Encima, en el escaparate, había una inscripción con letras gruesas que decía: “Panadería Müller”, en escritura invertida, desde luego, para alguien que lo leyese desde adentro. Cuando ella estaba sola y no tenía que atender a clientes, le gustaba imaginarse que este escaparate fuera una pantalla de cine y que lo que veía detrás de él fuera solo una película.
En su fantasía entonces cambiaba la escena. Los coches se volvían en carruajes, las hojas en pájaros y, por ejemplo, esta mujer con el paraguas se convertía en su madre luchando contra un dragón furioso. Especialmente esta imagen le divertía mucho. Su madre, que lo entendía todo mal, que malinterpretaba sus palabras, que sabía convertir lo bueno en malo y lo malo en bueno, probablemente también hubiera podido superar un combate contra un dragón furioso o por lo menos hubiera conseguido un empate. Hasta el próximo combate.
La mujer con el paraguas había desaparecido hace tiempo. Ahora ella se imaginaba, pues, qué le gustaría escribir en el escaparate en lugar de la palabra aburrida: “Panadería Müller”. ¿Qué tal si fuera “eres importante para mí”, “de todas formas te quiero” o “me enojo contigo porque te quiero”? O quizás también: “Te enojo …”. Sonreía un poco pensando en esto. Se figuró el efecto que tuviera esta inscripción en la gran luna del escaparate. Toda la gente que pasara por la panadería podría leerla, también su madre. Ella se figuraba entonces la inscripción: “Eres importante para mí”. ¿Podría su madre finalmente entenderla entonces a ella? Se la imaginó parada delante del escaparate, frunciendo y meneando la cabeza. Entonces se le ocurrió la idea: “Tienes que colocar tus palabras en escritura invertida.”

(Por Stefan Hammel, traducción: Bettina Betz)

La flor en la isla

En una pequeña isla en medio del océano extenso crecía una hermosa flor amarilla de oro. Nadie sabía cómo había llegado allí, porque en esta isla no había ninguna flor aparte de ella. Las gaviotas venían volando para contemplar este milagro con asombro. “Es linda como el sol”, decían. Los peces venían nadando. Levantaban las cabezas encima del agua para admirarla. “Es linda como un coral”, decían. Un cangrejo salió a la tierra para mirarla. “Es linda como una perla en el suelo del mar”, dijo. Y todos venían casi cada día para admirar esta flor.

Un día, cuando volvieron para contemplar la flor, se encontraron con que los pétalos dorados de la flor se habían vuelto marones y secos. “Ay de nosotros”, dijeron las gaviotas, los peces y el cangrejo. “El sol quemó nuestra flor. ¿Quién ahora nos refrescará el corazón?”. Y todos se pusieron tristes.

Pero algunos días más tarde apareció en lugar de la flor una maravillosa bola de color blanco tierno. “¿Qué es eso?”, preguntaron los animales. “Es tan blando como una nube”, dijeron las gaviotas. “Es tan ligero como la espuma de las olas”, dijeron los peces. “Es tan fino como el resplandor del sol en la arena”, dijo el cangrejo. Y todos los animales se alegraron.

En este momento un golpe de viento barrió la isla y sopló este milagro blanco dispersándolo por ella en miles de copos. “Ay de nosotros”, hablaron las gaviotas, los peces y el cangrejo. “El viento ha dispersado nuestra bola. ¿Qué alegrará nuestro ánimo ahora?” Y todos estaban tristes entonces.

Un día por la mañana, al levantarse el sol sobre la mar, allí en la luz dorada matinal relucieron cientos y cientos de hermosas flores color amarillo de oro. Entonces bailaron las gaviotas en el cielo y los peces en el agua, y el cangrejo bailó con sus amigos una danza de rueda en medio de las flores, y todos se alegraron.

(Por Stefan Hammel, traducción: Bettina Betz)

I’m like You

A story by Katharina Lamprecht

Listen to me, the water whispered, foamed, wooshed, how I hiss and sizzle, light and dull, quietly gurgling and loud and full. I am so many but you can see only one. I sing a whole opera but you just hear one voice. I change myself every second but I´m constantly the same. I give myself up any minute to find myself again at once.

Look at me, the water whispered, foamed, wooshed. I am like you.

The Crooked Bird

Another contribution by Katharina Lamprecht who will also be at the Festival in October

Sometimes there is a little sparrow sitting on the clothesline in front of my kitchen window. I like to observe him, he is quite funny and quite different than the other birds. Somehow he always looks as if he was a little tipsy. He dithers a bit on the line and you can see that it takes an effort to keep his balance because he sticks out one leg and flaps his wings. He generally makes the impression of being quite dizzy. But it doesn’t seem to bother him at all, on the contrary, I get the feeling that he enjoys his slanting position very much.

A friend of mine, who is an ornithologist, said that this phenomenon goes by the name of “crooked bird”, common knowledge amongst experts. He explained, that there are indeed many birds, who love to frolic through storms and high winds. Back and forth, up and down, left and right they let themselves dash around by the wind until they don´t know anymore where they are, don´t know up from down or back from forth. And it is obvious that they have so much fun with it, that they keep the dizziness even when there is no wind at all. Just like the sparrow on my clothesline.

Scientists suspect that these crooked birds have a kind of inner anchor. Somewhere in their bodies has to be a place that gives them the needed security to be able to always find their way and relate to a stable, secure, safe and unshakeable point, no matter what. In this way they can relax, be calm and at ease, at least internally. They can feel straight and upright even if they have no orientation in the outer world. The scientists cannot determine where this inner anchor is but they are quite sure, it´s there. Perhaps one can compare it to the radar that bats use. This we can´t see either but there is no doubt it´s there.

“We don´t really know how all of this functions, but it has to be somehow like that”, my friend said and grinned. To be honest, I´m not quite sure if I can believe his story or if he wanted to pull my leg. But watching my little sparrow, reeling and rocking with obvious delight on my clothesline, I keep thinking that he surely must have such an inner anchor. Even if he has not the slightest idea, where it is or that it even exists. But it´s got to be in there somewhere, an area within him that gives him the absolute certainty to be safe and sound in all of these dizzying situations. An anchor that keeps him upright and gives him balance.

So seeing him on the line, I imagine that, the more he careens, the bigger and stronger the anchor in him gets and he is even more centered. With stormy winds outside and the feeling of security and safety inside, the little sparrow can enjoy his crookedness as much as he likes. And I wonder, where my inner anchor might be…

Le village de montagne

J’ai demandé à un client : « Si vous voulez, imaginez-vous une fois votre vie comme un village de montagne, dans lequel le fleuve a débordé et a amené beaucoup de boue et d’éboulis. Après ce malheur le conseil municipal se réunit avec les villageois, les pompiers et la protection civile et ils discutent de ce qui est à faire. Il arrive tout d’abord des gens avec des pelleteuses, des bulldozers et des camions pour enlever le plus gros des éboulis. Pouvez-vous vous imaginer cela ? » « Oui. » « Vous pouvez voir comment ils déblaient tout ça. Après l’équipe de rangement il arrive des gens avec des tuyaux et des balais. Ils enlèvent toute la boue et le sable du village, toute cette saleté qui est venue de l’arrière-pays. Vous pouvez voir comment ils font tout couler vers le bas dans la vallée. Vient ensuite l’équipe des artisans. Il y a des maçons, des plâtriers, des peintres, peut-être aussi des électriciens, des installateurs, des stucateurs, des restaurateurs. « Que font-ils d’après vous ? » « Ils peuvent plafonner ou cloisonner. » « Exact. Quoi d’autre ? » « Poser une moquette. Câbler. Placer des tringles à rideau. » « Exact. Après les artisans arrivent les jardiniers. Ils aménagent de nouveau les parcs et les jardins. On rajoute peut-être un puits au village ou un tilleul au village pour améliorer encore plus le village, pour qu’il soit mieux qu’avant. Et un monument commémoratif. Peut-on imaginer cela ? » « Pas très bien. » « Eh bien, vous n’avez pas besoin de vous imaginer tout ça. Dites bonjour à votre âme, pour qu’elle fasse ça pour vous, comme ça vous n’avez pas à vous en occuper. Après il y a des personnes très importantes qui arrivent. C’est l’équipe de prévention. Ce sont eux qui veillent à ce que cela n’arrive plus. Ils peuvent planter la pente au-dessus du village par exemple, pour que les racines des arbres fixent la terre. Ils peuvent construire des murs et des grillages dans le style d’un paravalanche. Ils peuvent creuser un lit plus profond pour le ruisseau, peuvent construire des marches de barrage et des bassins de retenue ou même une déviation pour l’eau du ruisseau qui est de trop. »

Après la vague

Quelqu’un m’a écrit : »J’ai été chargé de préparer un séminaire d’aide à soi-même ayant pour sujet « l’angoisse ». Tous les participants souffrent d’une épilepsie. Auriez-vous quelques idées sur les histoires que je pourrais y raconter ayant pour sujet l’imprévisibilité des crises et la détresse qui y est liée ? »

Ma réponse fut la suivante : »Je propose que vous racontiez quelque chose sur les habitants de quelques villages sur la côte ayant survécu au grand tsunami il y a quelques années. Ils ont été pour ainsi dire des témoins qui s’en sont sortis avec plus de peur que de mal. Les habitants d’un village ont toujours regardé la mer avec les nerfs à vif en attendant la grande vague suivante. Ils ont organisé toute leur vie de manière à y être préparés. On pourrait dire aussi qu’ils ont gâché toute leur vie avec cette préparation. Et la mer était presque toujours calme… Les habitants d’un village voisin y ont vécu presque comme si rien ne s’était passé. En abordant les dangers de la mer ils disaient : « Si nous partons, nous partons. Mais maintenant nous sommes là, complètement. » Et il y avait d’autres villages … Vous pouvez dessiner une carte sur un tableau à feuilles mobiles sur lequel ces villages sont représentés. Demandez aux participants de vous dire dans lequel des deux villages ils veulent vivre, ou comment vivent les habitants dans un troisième et quatrième village, ou alors où les participants du séminaire si ça se trouve aimeraient mieux vivre. Demandez aux participants ce que signifie ce contact souhaitable avec la mer, à quoi on le reconnait et à quoi est dû le fait que les villageois mènent une vie d’assez bonne qualité malgré l’ancien tsunami. Vous pouvez demander aux participants de dessiner d’autres villages pour d’autres comportements avec la mer qui est rarement sauvage et dans la plus part des cas calme. Vous pouvez demander aux participants de dessiner le comportement avec la mer sur la carte ou, si la carte est placée au sol, de le marquer avec des maisons de Monopoly. Il serait aussi possible de marquer le site actuel avec le comportement d’une mer qui est rarement sauvage et la plus part du temps calme et de marquer le site souhaité et de réfléchir pour savoir qui et quoi peuvent les aider à déménager du domicile A vers B. »

¿Dónde están las estrellas durante el día?

Ella tiene dos años y muchas preguntas. “¿Dónde están las estrellas durante el día?”, por ejemplo le pregunta a su padre.
“En el cielo”, contesta este, “así como por la noche.”
“¿Entonces están apagadas? Es que no brillan para nada.”
“¡Claro que sí! Siguen brillando. Pero el sol es tan luminoso que ya no se ve la pequeña luz de las estrellas. Es como cuando ya no oyes música baja si de repente alguien pone en marcha una máquina ruidosa. La música baja todavía está, solo ya no se la percibe. La música está acallada y las estrellas están deslumbradas.”
Ella piensa un momento y dice: “Ahora sé también donde están mis sueños durante el día cuando estoy despierta.”

(Por Stefan Hammel, traduccíon: Bettina Betz)